Cuándo las soluciones del hombre no te valen, en la desesperación creerás encontrar a dios. Y esos templos repartidos por todo el infinito de soledades, te hablarán de calma y de esperanza, y creerás que ese dios está escuchándote, y te aliviará sentirte recibido en esa casa ocasional. Al margen de las distintas formas religiosas oficiales, dios es una medicina necesaria, libre, sin apellidos, sin forma, adaptable, el último refugio en el que descansar cuando todo se cae a pedazos.
Fotografía: A. Morales © En algún lugar de camino a Triestre.
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